23 de agosto de 2006

Superar a Hugo Chávez

Suelo pulsar el autoscan del radio de mi automovil con una frecuencia no recomendada para los conductores. La mala costumbre me permitió escuchar el discurso de Juan Barreto durante la instalación del Consejo Metropolitano de Administración de Políticas Públicas. Lo del alcalde mayor ha sido peor que cualquiera de las más lamentables intervenciones del presidente Hugo Chávez. Y mire que eso no es nada fácil. Barreto ya está en el lugar más alto del pódium del racismo.
El funcionario incurre en una generalización inaceptable cuando califica de "putrefacta" a la clase media. Si bien es cierto que una parte de dicha clase media carece de sensibilidad social, y que sus expresiones sobre el chavismo son consecuencia de los prejuicios de clase, no se puede concluir que todos los venezolanos estamos "embrutecidos por el dinero". Barreto sí está embrutecido por el resentimiento y tiene el nada envidiable honor de ser el principal promotor del odio en Venezuela.
Crecí en un hogar liderado por dos personas que venían de abajo, y que mucho le deben a la democracia del Pacto de Punto Fijo. Ese sistema tan denostado también permitió que el actual presidente pudiera salir de la casa con piso de tierra que ocupaba en Sabaneta de Barinas. Ese mismo sistema convirtió a Barreto en profesor de la escuela de Comunicación Social de la UCV. Pero los revolucionarios, que dicen encarnar la supremacia moral de la nueva Venezuela, guardan un silencio conveniente. Ninguno de ellos le llevaría flores a ese muerto