Hoy me levanté pensando en el bueno de Juan Gelman. Debe ser porque el libro que me estoy leyendo ahora -Operación Condor: una década de terrorismo internacional en el Cono Sur, del periodista John Dinges- me recordó la injusta celada que le tendió el destino. Para quien no lo sepa, Gelman es uno de esos abuelos que conoció a su nieta después de ventitantos años de búsqueda. La chica fue entregada a una pareja que seguramente no podía concebir hijos por los criminales que tomaron el poder hace 30 años en la Argentina.
Pero estaba pensado en Gelman, les decía, porque otro azar me lo trajo a la mente. Una maravillosa pieza de Gotan Project le pone música a Confianzas, un poema de los suyos que es de mis favoritos. Descubrí la canción, que también se llama Confianzas, hace poco más de dos años en una discotienda de Madrid. Desde entonces, cada vez que estoy perdido, coloco el CD y la escucho. Ese mecánico ejercicio me ha ayudado a saber cuán duro es este oficio que ejercemos. Me ha ayudado quizá a darme cuenta en momentos de euforia que escribir no cambia el mundo ni las voluntades. Gelman lo dice mejor que yo:
Confianzas
se sienta a la mesa y escribe
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
y más:
esos versos no han de servirle
para que peones maestros hacheros vivan mejor coman mejor
o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
ni papagayos ni bufandas ni barcos ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe