13 de junio de 2007

Frida Kahlo pret a porter



Todas las feministas del mundo tienen en Frida Kalho a un modelo. Nadie como ella para encarnar el donaire que tienen algunas de esas mujeres. Bigotuda, aindiada, eternamente coronada con arreglos florales, con sus eternos vestidos étnicos, de una fuerte personalidad y una conciencia sexual inédita para la época que le tocó vivir, la pintora mexicana es también la representación artística del dolor y el sufrimiento. Es un sentido objeto de culto para los mexicanos y ha traspasado las fronteras de su país. Madonna quedó tan prendada que incluso conversó con sus descendientes para conocer más detalles de una existencia tan traumática como luminosa.
Salma Hayek divulgó su obra por el mundo cuando en 2003 protagonizó Frida, un filme insípido, que apenas roza facetas comercialmente explotables de la vida de la artista: el accidente a bordo de un carro por puesto que la dejó confinada a la cárcel de una silla de ruedas, los desplantes de Diego Rivera, las dificultades para desarrollar su obra debido a los impedimentos físicos... Cuando vi hace cuatro años la película pude entender la furia de los argentinos con la versión pop de Evita que protagonizó Madonna a principios de la década de 1990. En el afán de sintetizar, Hollywood suele reducir a cenizas los verdaderos afanes de una existencia.
Ahora Carlos Dorado, el jefazo de la empresa Italcambio, que como buena parte del mundo la conoció a través del estereotipo que encarnó Salma Hayek, está encantado con Frida. Ha dicho que la vio por primera vez en el estampado de una franela de un empleado de sus empresas y que desde entonces no la perdió de vista. Poco después de ver la cinta contactó a los herederos y adquirió los derechos de explotación y comercialización del nombre. Algunas revistas como Gatopardo temen que Dorado, en el afán de llenarse de dinero, pervierta el legado de una artista que abrazó el comunismo.
No me consta que Dorado sea el típico ricachón ignorante. Me parece, en cambio, un pantallero. Cuando vivía en Venezuela le pidió al diario El Universal, de Caracas, que publicara sus artículos al revés, de tal forma que el lector debía voltear la página si quería entrarle a sus ideas, que generalmente remitían a las pavosas enseñanzas de sus antepasados gallegos. Quería dar la impresión de que con la conducción de Chávez el país estaba patas arriba. No concibo a un editor complaciendo semejante ridiculez, pero en este país se ve cada cosa...
Un ricachón como Dorado no es de suyo insensible a las satisfacciones del espíritu. Pero al conocer sus planes para mercadear a Frida como si fuera un desodorante no puedo sino alzar mi voz. Que quede claro que no me opongo al legítimo derecho que tiene cualquier empresario de forrarse en billete de la manera que crea más conveniente, pero no hasta el punto de convertir a Frida en un artículo pret a porter. Gracias a Dorado tendremos a Frida en zapatillas modelo Converse, en botellas de Tequila, en perfumes, prendas de vestir y toda clase de cremas para el cuerpo. Me pregunto si Frida hubiera querido verse promoviendo el capitalismo que siempre criticó. Me pregunto si estaría de acuerdo con que su cara apareciera en franelas usadas por mujeres imperturbables frente al drama de los que nada tienen. Me pregunto si ella, que fue la negación a conciencia de la belleza física, se estará revolviendo en su tumba.
Yo aquí insistiendo con mis estupideces. A la hora de ganar dinero poco importa la ética.