7 de septiembre de 2007

Epaminondas Pérez

-Se llama Yotana
-¿Y esa vaina? -preguntó José, intrigado- ¿Tiene algo que ver con algún antepasado indígena?.
-Nada que ver. Siempre pensé que si tenía un varón le pondría Otan, por la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Pero como me nació una hembrita decidí ponerle Yotana. Es la misma cosa pero para la mujer.
Las veces que he contado esa anécdota -se la debo a mi amigo José Urriola- nadie quiere creérmela. Se ríen cinco minutos a mandíbula batiente, pero una vez que se calman me dan una palmadita por la espalda y me dicen mentiroso. En una ocasión recordé a Yotana en una cena en casa de una amiga argentina en Buenos Aires. Sus incrédulos viejos tampoco paraban de reir. La cena no me alcanzó para referirme a los nombres con que bautizan a los maracuchos.
Juro que eso es cierto, a menos que mi amigo José, que tiene una imaginación prodigiosa, la haya inventado en una noche de insomnio. Por fortuna una novia de la época lo refrendaba con una seriedad de tesis doctoral. Desde entonces, los nombres extraños de los niños venezolanos son parte de una secreta obsesión. Libreta en mano, ando a la caza de las evidencias como los detectives de las novelas de Hammet.
Ahora que el gobierno pretende limitar la creatividad de los padres a la hora de bautizar a sus hijos he vuelto a revisar la vieja libreta. Ahi tengo apuntado el nombre de Maikel Jordan Chacón. Era el hijo del motorizado que trabajaba en un canal donde alguna vez presté mis servicios. Y también tengo el de Diego Armando Maradona Aguero, el de Paolo Rossi Aguero y el de Ivanistelroy (un horrible homenaje que el cuñado de Juan Arango le hizo al goleador holandés del Real Madrid). ¡Ah, y cómo olvidar a Epaminondas!. Al principio pensaba que era el nombre científico de un reptil descubierto en la selva húmeda del sur de Venezuela. Hace dos días se lo pregunté a un diseñador amigo, que solía reirse conmigo cada vez que apelaba a mi libreta a la hora del almuerzo. Me dijo que Epaminondas Pérez era un tipo que él había conocido en Maracaibo hace muchos años. "Yo no podía parar de reir mientras le estrechaba la mano", recordó.
No me da verguenza confesarlo: el proyecto de ley de registro civil -que pretende regular los nombres extravagantes, cuya pronunciación en español sea imposible, o que expongan al ridículo a los niños- es la iniciativa más sensata que ha tenido el gobierno de Hugo Chávez. Por una vez en la vida aplaudo al proceso bolivariano. Me parece una exageración limitar el registro a una lista de sólo 100 nombres, pero por algo hay que empezar. Ya está bueno de que los Joineker, Yesaidu, Usnavy, Espaiderman o Anli (ojo, no confundir con el genial director de cine chino, porque en realidad es la mezcla de los nombres de Andres, su papá, y Lidis, su mamá) tengan que soportar toda una vida de joda.

9 comentarios:

rocio dijo...

Yo también estoy de acuerdo con que los venezolanos comiencen ahora a llamarse con nombres castellanos, nombres normales que todo podamos entender y escribir a la primera. Pero no por eso aplaudo al proceso bolivariano. Eso, jamás.

Besos

Rocío

IERL dijo...

Alfredo, es cierto el cuento de José, yo mismo lo he escuchado toneladas de veces. Es cierto que los venezolanos ponemos nombres insólitos a nuestros hijos, pero quien dijo que es el estado quien debe limitar a una lista de X cantidad de nombres las posibilidades?, No es acaso parte de la libertad de todos poner el nombre que queramos a nuestros hijos sea este Juan ó Xomilco ? No es acaso una tentación que debemos evitar, aceptar cualquier intromición del estado en nuestra provacidad ?. El Código civil actual establece la posibilidad de rectificación de partidas en casos de nombres infamantes, ésto depende de la voluntad del que lleva el nombre. No es acaso suficiente la voluntad de cada quien para hacer cambios si los desea? Créeme, yo no necesito que el estado se meta en mis asuntos privados. Cual será el limite?

Un Abrazo,
Ivan Rojas Loynaz (Chucho)

Tendido al sol dijo...

Me parece muy acertado tu comentario, Chucho. Pasé por alto ese detalle. Lo más importante de la ley es la posibilidad de cambiar de nombre si no nos gusta el que nos pusieron

AM

Tendido al sol dijo...

Una cosa más, Chucho. Si bien el Código Civil te da la posibilidad de cambiar de nombre, no es menos cierto que se trata de un proceso engorroso, que muchas veces te obliga a desistir en el intento. Lo que más rescato del nuevo proyecto es, insisto, la vía expedita para cambiar de nombre. Y eso es una intromisión del Estado, pero lo celebro. Sólo en eso consiento que el Estado intervenga

Anónimo dijo...

Saludos Alfredo,
Pienso que el asunto mas importante aca es que (aunque podamos coincidir con el gobierno en este caso),esto puede ser el comienzo de una serie mas de arbitrariedades, con las que seguro no coincideremos, y con las cuales seguiremos perdiendo poco a poco nuestras libertades. Que sigue despues? decirnos que podemos o no comer? que podemos o no estudiar? que peliculas podemos o no ver?. Estoy casi seguro que el fin último del gobierno con este asunto de los nombres es evitar el uso de nombres con algun origen que suene a USA o algo parecido y no me extrañaria que en alguna mañana amanezcan con la idea de prohibirnos hasta ver peliculas en idiomas extranjeros por no decir algo mas. Señores, aunque nos duela aceptarlo, tener mal gusto (hasta para los nombres propios) es una libertad que aun tenemos.

Tu pana Suje

IERL dijo...

Amigos hay algo mas incluso. El fondo de este proyecto de Ley de Registro Civil, es el control absoluto de la identificación personal de cada venezolano, desde el gobierno central lo cual va a permitir el control de la información personal de cada venezolano. El derecho a la privacidad debe estar, como mínimo protegido a traves de una Ley de Protección de Datos, que no existe hoy en Vzla, recordemos las terribles listas que el gobierno ha manejado, violatorias de casi todos nuestros derechos. Yo no quiero que este ni ningún otro gobierno tenga el control de la información personal mía. Hoy esta información esta regada en varios órganos municipales, y nacionales, esto me resulta mas sano.

IERL dijo...

Alfredo te he postulado al premio de Blogs que se llama Thinking Blogger Award. Si lo deseas debes colocar el botón del premio en tu Blog, y postular a 5 otros Blogs

Jose Urriola dijo...

Amigo:
Puedo jurar solemnemente que no miento ni un poquito, conocí a Yotana en un viaje a la Gran Sabana y su mamá -allí presente en la travesía- me explicó lo de OTAN si le salía varoncito y, como no fue así, pues Yotana y todos contentos. Pocas veces en mi vida tuve tantas ganas de espóntamente hacer la ola, aunque fuera yo solo.
Abrazo,

JU

Tendido al sol dijo...

Claro que es verdad, Jose, pero tiene esa necesaria dosis de verosimilitud de todas las ficciones. Anyway, salud por la realidad y la ficción, porque nos deparan estos momentos de risa