No debe ser poco el peso que cae sobre los hombros del retraído Juan Arango. El día del amistoso contra Honduras, el diario deportivo Líder, de Caracas, hizo un fotomontaje con el poster de El Padrino y colocó la imagen del hombre del Mallorca donde alguna vez estaba la de Vito Corleone.
Nadie pone en duda la calidad de Arango, pero tal vez se le pide demasiado cuando pretendemos que, como el viejo Corleone en la carátula de la saga, maneje los hilos de la realidad. Juan ha tenido la desgracia de revelarse como goleador en un país huérfano de un killer del área. Ayer en Maracay tuvo que bajar al mediocampo, posición de la que jamás debe salir, para tomar la pelota. Su calidad es indiscutible como delantero, pero la Vinotinto necesita de buenos manejadores. Ayer fuimos una tropa sin mariscal de campo
Nadie pone en duda la calidad de Arango, pero tal vez se le pide demasiado cuando pretendemos que, como el viejo Corleone en la carátula de la saga, maneje los hilos de la realidad. Juan ha tenido la desgracia de revelarse como goleador en un país huérfano de un killer del área. Ayer en Maracay tuvo que bajar al mediocampo, posición de la que jamás debe salir, para tomar la pelota. Su calidad es indiscutible como delantero, pero la Vinotinto necesita de buenos manejadores. Ayer fuimos una tropa sin mariscal de campo
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