11 de octubre de 2006

Ivanistelroy

Los nombres que ciertos padres colocan a sus hijos dan pena ajena. En Maracaibo, al occidente de Venezuela, he escuchado los nombres más inverosímiles: Usnavy (US por Estados Unidos, Navy por armada), Yedoska (Un velado homenaje a Y2K, el término con el que fue bautizado el supuesto fallo de las computadoras la primera madrugada del siglo 21). Un amigo me contó que conoció a una niña llamada Yotana en la Gran Sabana. Cuando le preguntó a la madre si el nombre tenía alguna referencia a sus antepasados indígenas -la niña era morena y medio aindiada-, la madre, risueña, le contestó: "No, chico. Yo quería tener un hijo y llamarlo OTAN, por las siglas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Pero como fue una niña le puse Yotana".
El domingo leí una entrevista que El Universal le hizo a Juan Arango en Palma de Mallorca. Era una nota que repasaba la cotidianidad del delantero venezolano del Mallorca. En una de las imágenes aparece Arango sentado en lo que me parece es el recibo de su casa al lado de un niño. La leyenda dice textualmente: "Ivanistelroy, el sobrino de Arango, sube y baja del sofá. Su tío ni se inmuta. Acaba de regresar de la cena con sus compañeros". ¿Ivanistelroy? Qué vaina es esa, pensé, casí cayéndome de la cama. La respuesta estaba a dos párrafos de distancia. "Willians Tortolero, cuñado de Arango, es su persona de confianza. Y su amigo. Juan, Laurys y sus dos hijos; Willians, Milady y el niño de ambos, Ivanistelroy (por el amor al ex delantero del Manchester United, Ruud Van Nistelroy bautizó al chamito) comparten casa y vida". Cierta gente tiene vocación de asesino moral. Pero a Juan Arango le podemos perdonar todo. Incluso que sea corresponsable de las burlas que seguramente recibirá su sobrino. Después de todo lo único que nos importa es que cuide esa zurda y marque muchos goles con la Vinotinto.

3 comentarios:

rocio dijo...

Yo siempre he pensado que detrás de esos nombres, hay un padre con algo de maldad. Y si no es algo de maldad, entonces es algo de desconsideración. ¿No pensó esa persona en que a su hijo/a la van a llamar algún día en voz alta en el banco? ¿No pensó esa persona que ese nombre va a ser repetido una y otra vez, infinita cantidad de veces en la lista del colegio, en la fila de la cédula, en la universidad, en la oficina... y que la pobre criatura no sólo va a tener que deletrearlo cada una de esas veces, sino que además tendrá que ofrecer una explicación ridícula de por qué su padre decidió llamarlo así? ¿Será que lo hacen para que el niño forje carácter, como hizo el padre en la canción "A boy named Sue" de Johnny Cash? ¿O es simplemente un poco de maldad y/o desconsideración?.

Lo peor del caso es que eso nos salpica a todos. Más de un extranjero me ha dicho tener "una amiga venezolana llamada Karelys", "Una vecina venezolana, llamada Joveluz", "Una conocida venezolana, llamada "Raineth". Y seguidamente, me dicen "En Venezuela sí existen nombres raros", con lo cual me ponen a mí en la posición en la que seguramente estará Ivanistelroy algún día: la de ofrecer una explicación ridícula para justificar a los padres que tienen esa mala costumbre. Y ahora esto se confirma hasta en la tele: En Latin American Idol, los participantes de todos los países tienen nombres comunes: Efraín, Noelia, Gabriel... pero la venezolana se llama Mayré.

Por eso siempre admiré la exigencia legal argentina y uruguaya de bautizar a los hijos sólo con nombres en castellano. Sin embargo, ni siquiera los argentinos se salvarán ahora de esto... porque esa exigencia la eliminaron hace un par de años. Y justo allí, unos amigos de allá tuvieron a su hija Kyara.

También me río de la reciente costumbre de los tabloides americanos de farándula de llamar a las parejas de los famosos con combinaciones de sus nombres. Así, a la conformada por Katie Holmes y Tom Cruise, se le conoce como TomKat. A Angelina y Brad se les conoce como Brangelina. Jennifer Aniston y Vince Vaungh son Vaughniston. Y así. Me causa gracia ver a los gringos referirse así a los dúos famosos, porque lo hacen como jactándose de su creatividad, cuando en realidad eso es una costumbre muy vieja, con los venezolanos como pioneros del arte de mezclar los nombres y obtener otros nuevos.

Creo que tampoco estamos tan solos en esto, algunos famosos comparten la maña venezolana de los nombres raros... La hija de Frank Zappa se llama Moon Unit, la hija de Gwyneth Paltrow se llama Apple, el hijo de Jason Lee se llama Pilot Inspektor, el hijo de John Travolta se llama Jett (escogió ese nombre por su afición a los aviones), el hijo de Nicolas Cage se llama Kal-el (sí, como se llamaba Superman en su planeta, Krypton), la hija de Brangelina se llama Shiloh Nouvell... y pare usted de contar.

En conclusión, Ivanistelroy es uno más a quien le espera un futuro de burlas.

¡¡Saludos!!

Lena yau dijo...

Ivanistelroy? jajaja! PObre criatura...pero no solo en Venezuela, muchos españoles han llamado a sus hijos Kevin Cosner de Jesus! Lo juro! jaja

Anónimo dijo...

En mi país, Uruguay, existe un caso si se quiere curioso, en la década del 50 un famoso boxeador se llamaba Dogomar Martínez, muchos pensaban que Dogomar era un apodo, pero ese era su verdadero nombre, y él varias veces tuvo que explicar de dónde lo habían sacado sus padres. Cuando nació su padre ,que se llamaba Omar y quería ponerle el mismo nombre, fue al Registro Civil a inscribirlo y al llegar le dijo al actuario, "Vengo a inscribir a Don Omar, y el actuario que era medio sordo entendió Dogomar y así quedó inscripto.
Quisiera decirle a Rocío que en Uruguay no es que la ley sólo permita nombres en castellano, creo que lo que no permite es nombres que llamen a confución o ridiculicen pero si están permitidos nombre de otros idiomas.