21 de junio de 2007

90 minutos para saber quiénes somos


Miré al piso después de culminar la primera etapa del partido. Recordé entonces los viejos tiempos: las goleadas de escándalo, la banderita arrugada, las lagrimas surcando los acantilados de los pómulos a la salida del estadio. Anoche viajé diez o quince años al pasado. No sé cuántas veces hice el trayecto, pero supongo que fueron tantas como las oportunidades que vi el resultado en el generador de caracteres de la transmisión de televisión: Venezuela 1 - Euskadi 4.
Hay cosas que me preocupan de la selección de Venezuela que se prepara para la Copa América. Ese exceso de triunfalismo -que los jugadores niegan, pero que es evidente a la vista-, la desfachatez de Richard Páez al querer jugar con un solo mediocentro y con dos laterales que más bien son extremos, el miedo de jugadores profesionales que no soportan los gritos de 40.000 personas. No respaldo a quienes piensan que los rivales que nos tocaron en el sorteo -Bolivia, Peru y Uruguay- son más accesibles que los otros países. Salvando la presencia de Brasil y Argentina, que pertenecen a otra galaxia futbolística, a nosotros nos cuesta mucho con cualquiera.
En el premundial pasado Bolivia nos ganaba hasta el minuto 89, cuando Rey, de tiro libre, y Arango, con un zurdazo de leyenda, remontaron la cuesta. Nada hace presagiar que esta vez será distinto. Nuestros jugadores, salvo por dos o tres posiciones, son los mismos de aquella vez. Perú tiene a tres delanteros que juegan en los mejores equipos de Europa y Uruguay no está en manos del mismo bocazas del 0 -3 en el Centenario. Yo prefiero ser más cauto. No pasaremos en el primer lugar del grupo y sí tal vez de segundos o incluso de terceros. Este país tiene ahora muy buenos estadios, pero su estructura futbolística es la misma de siempre.
Nos queda rezarle a los jugadores silvestres que produce este fútbol, a los Juan Arango, César González o Giancarlo Maldonado para que durante la Copa América tengan tres noches inolvidables. Porque si los tres partidos que nos corresponde jugar en la primera ronda de la Copa América son como los del primer tiempo de anoche podemos irnos despidiendo. Ayer entendí que el fútbol venezolano, como la marea, está alta o baja. Nunca se sabe cómo viene la mano.






3 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo Alfredo, existe una gran diferencia entre ser optimistas y ser triunfalistas, basta con escuchar el mensaje que le envió el Sr. Chavez a Lula y Kirchner de que Brasil y Argentina seran goleados por nuestros muchachos para entender esa diferencia. Entiendo que antes de cada partido debas ir con la confianza, optimismo y mentalidad neceesaria para lograr la victoria, pero hay que recordarle a este y todos los fanaticos beisboleros y ahora pseudo fanaticos del futbol que si no derrotamos primero a bolivia, peru y uruguay (que siempre han sido duros para nosotros en anteriores copas america a diferencia de los partidos de locales en los ultimos premundiales)no tendremos oportunidad de complacer a Chavez y las goleadas a Brasil y Argentina tendran que esperar hasta que nos visiten durante el premundial para Surafrica 2010.

Saludos Pana Alfredo.

Carlota dijo...

Que bueno encontrarte... quiero que sepas que te veo todos los domingos y me lleno de orgullo al decirle a mis alumnos que eres mi AMIGO...
Me consta que eres de los pocos que tienen la vinotinto en el corazón desde siempre... con derrotas y estadios vacíos...
Te cuento que me reí mucho de la entrevista que le hiciste a Hans en Globo... de hecho hasta escribí un post al respecto...
Recibe un beso, un abrazo y mil Bendiciones...
Te quiero mucho!!!!!

Tendido al sol dijo...

qué bueno que nos encontramos por aquí, Carlota. Te agradezco mucho tus comentarios. Recibe un beso